En nuevo plan de lucha contra el narco-terrorismo en el VRAE será la principal herramienta que los gobiernos regionales podrán usar para iniciar en esa amplia zona el correcto desarrollo social que esperan los pueblos de la sierra sur del país.
Se tiene conocimiento que la nueva estrategia girará en torno a tres pilares: Desarrollo, Control de los terroristas y Combate contra el narcotráfico. Aunque, la aplicación de estas estrategias está intrínsecamente ligada entre ellas, dejaré las dos últimas para que se pronuncien los especialistas. Me referiré exclusivamente al desarrollo social.
Hemos escrito mucho sobre el particular e incluso hemos viajado a la zona para conocer in situ la realidad de la población, que no es ajena a la experiencia de la sierra norteña, región que conozco muy bien. Es decir, la realidad casi siempre es la misma: Falta la presencia del Estado en todas sus formas.
Urge que el Estado se haga presente mediante diversas acciones que garanticen un adecuado desarrollo económico con justicia social. La ausencia de estos elementos implicaría facilitar el funesto accionar de la delincuencia subversiva, fusionada en este caso, con cárteles organizados del narcotráfico. La pobreza siempre será el caldo de cultivo del narcoterrorismo.
El desarrollo social debería incluir, no solamente la construcción de escuelas y centros de salud, sino la aplicación de adecuados programas de educación acorde con la realidad de la zona y proyectos de salud preventiva que incluyan los servicios básicos de agua y desagüe. Asimismo, propiciar la interconexión de los pueblos mediante la construcción de caminos y carreteras, principales indicadores del desarrollo económico local.
Tampoco se trata de erradicar sin medida alguna los cultivos ilegales de coca, principal sustento económico de miles de campesinos que no tienen otra alternativa que sembrar indiscriminadamente miles de hectáreas de cocales. En algún momento se habló de sembríos alternativos como café, palma aceitera y frutales, pero ninguno de estos proyectos podrá ser realidad si antes no hay un proyecto integral de desarrollo local y donde participe la propia comunidad. Aquí está el desafío de los gobiernos regionales.
Por el lado del gobierno central, está el reto de incentivar la inversión privada en la zona. La instalación de empresas y plantas agroindustriales en la región, propiciará lentamente la generación de nuevos y mayores puestos de trabajo, sustitución progresiva de cocales ilegales, combate frontal contra el narcotráfico, lucha contra la extrema pobreza, reducción del analfabetismo y caída de la morbimortalidad infantil.
Es decir, el desarrollo social debe estar por encima de cualquier estrategia de control de terroristas y combate contra el narcotráfico. Si bien la desarticulación y la captura de remanentes subversivos son tareas de la Fuerza Armada y Policía Nacional del Perú, no será tan efectivo como tener a la población en óptimas condiciones y preparadas para rechazar de plano cualquier accionar de la delincuencia terrorista.
De la misma manera, la fuente de financiamiento de los subversivos se verá cortada y por lo tanto, su accionar también será limitado. Sólo el desarrollo social es capaz de traer paz y armonía en las comunidades del VRAE y zonas similares atacadas por el mismo problema.
Parafraseando al poeta César Vallejo, "hermanos, hay mucho por hacer y construir".
Parafraseando al poeta César Vallejo, "hermanos, hay mucho por hacer y construir".
Publicado el martes 5 de mayo de 2009.